PRESOTERAPIA Y LIPOSUCCIÓN

La liposucción es una de las numerosas intervenciones en las que los esteticistas desempeñan un papel complementario (pero fundamental) tanto para la preparación como para la recuperación de la zona sobre la que el médico interviene. Una de las herramientas más utilizadas para este tipo de cirugía es la presoterapia.

En la preparación y posterior recuperación de los tejidos involucrados en una liposucción es práctica habitual la utilización de una prenda de compresión que actúe como soporte durante un periodo variable, de entre dos y cuatro semanas. En algunos casos, se recomienda al paciente que se someta a una pauta de drenaje linfático manual, pero lo cierto es que la presoterapia completa y acelera el resultado estético de la liposucción y resuelve muchos de los problemas microcirculatorios asociados a esta práctica.

Los actuales equipos de presoterapia facilitan a los profesionales de la estética el tratamiento de linfedemas e insuficiencia venosa, la estimulación muscular y circulatoria de toda la zona operada, mejora el drenaje linfático y ayuda a eliminar las toxinas acumuladas.

Para antes y después de una intervención de liposucción se emplean diferentes tipos de masajes compresivos (secuencial o peristálticos) realizados con  un pantalón de 24 celdas o un chaleco de 24 celdas, dependiendo de la zona que se vaya a tratar, para realizar un masaje global tanto en las extremidades como en el abdomen. El efecto ola producido por los cambios de presión estimula el drenaje linfático y venoso. La presoterapia es muy beneficiosa para la mejorar la calidad de los tejidos sobre los que posteriormente se practicará la liposucción, ya que durante la sesión se realiza un masaje profundo en toda la zona que permite un aumento del riego sanguíneo, mientras que la función de drenaje permite la eliminación de toxinas.

En cuanto al tratamiento post liposucción, es beneficioso sobre todo por su eficacia en la eliminación de los líquidos resultantes de la intervención. Además, restablece la microcirculación superficial perdida durante la intervención, de forma que previene el riesgo de formación de pequeños trombos venosos. Asimismo, la mayor adherencia de la piel y del tejido celular subcutáneo mejora considerablemente la recuperación del paciente y disminuye también el tiempo en que el paciente tendrá que utilizar soporte elástico.

No obstante, siempre será el médico especialista quien aconseje a su paciente sobre la idoneidad de someterse a tratamiento de presoterapia, pues, aunque esta técnica mejora considerablemente los resultados estéticos de la intervención, solo él conoce el estado en el que han quedado los tejidos y demás componentes celulares y, por tanto, si esta práctica puede o no ser perjudicial.