La presoterapia, una gran aliada para los deportistas

Aunque su uso aún no se haya generalizado en los gimnasios, centros de entrenamiento o salas de fitness, lo cierto es que la presoterapia se va abriendo paso poco a poco en el mundo del deporte, y sobre todo en las rutinas de los deportistas de élite. En este post queremos incidir en las razones por las que cualquier centro deportivo debería considerar la incorporación de equipos de presoterapia a sus instalaciones.

  1. Facilita la eliminación de grasas, líquidos y toxinas acumulados en los tejidos tras un esfuerzo intenso. La presoterapia ayuda al sistema linfático a filtrar las sustancias tóxicas y empujarlas hacia los canales de desecho, como los riñones o el hígado.
  2. Previene lesiones. Al estimular la circulación venosa y linfática, se asegura un nivel óptimo de sangre y oxígeno que prepara los músculos y articulaciones para el esfuerzo.
  3. Relaja cuerpo y mente. El masaje rítmico y sincronizado que se recibe con una sesión de presoterapia de unos 30 o 45 minutos posee un efecto sedante y relajante, ideal para recuperarse de la hiperactividad a la que se somete el cuerpo durante una sesión de entrenamiento intenso. La posición también es la más adecuada para desconectar y reducir el estrés o la ansiedad que puede provocar una competición, por ejemplo.
  4. Ayuda a recuperarse de las lesiones. La presoterapia contribuye a restablecer la circulación, de manera que los músculos, articulaciones y tendones implicados en el movimiento obtengan la irrigación necesaria para devolverlos al estado previo a la lesión.
  5. Mejora el rendimiento físico. Al disminuir el tiempo de recuperación tras el esfuerzo realizado, el cuerpo estará en condiciones de someterse a un nuevo entrenamiento en un periodo menor de tiempo, lo que repercutirá en un incremento progresivo de la capacidad física del deportista.

 

Photo by Tirachard Kumtanom from Pexels https://www.pexels.com/photo/exercise-female-fitness-foot-601177/

Presoterapia, una gran aliada en la menopausia

Las alteraciones fisiológicas que se producen durante la menopausia, debidas a los cambios hormonales, suponen uno de los grandes retos a los que trata de dar respuesta la medicina para mejorar la calidad de vida de las mujeres maduras. En los últimos años se recurre con frecuencia a tratamientos hormonales sustitutivos para evitar los trastornos físicos asociados a esa etapa y tratar las alteraciones más frecuentes, como la pérdida de densidad ósea, que puede provocar numerosos problemas: los más frecuentes, dolores articulares y musculares. Sin embargo, en muchos casos, esos tratamientos producen efectos secundarios, como aumento de peso por retención de líquidos en los intersticios celulares o insuficiencia venosa en las extremidades inferiores.

Afortunadamente, la presoterapia puede solucionar muchos de esos trastornos y mejorar la calidad de las mujeres que están viviendo esa etapa, sobre todo gracias a la acción estimulante que proporcionan los equipos modernos de presoterapia secuencial sobre los sistemas de circulación sanguínea y linfática, con el que uno de los mayores beneficios es la disminución del riesgo de padecer una trombosis venosa.

Además, el estímulo de la circulación profunda y la acción drenante ayuda a la eliminación de toxinas, excedente de líquidos y depósitos de grasa en piernas y abdomen, y facilita la llegada de nutrientes a los huesos, mejorando su calidad y reduciendo así el riesgo de sufrir osteoporosis. También la musculatura abdominal, que suele atrofiarse con la edad, los cambios hormonales y la falta de ejercicio físico, se ve beneficiada con el tratamiento, ya que el aparato de presoterapia realiza un masaje abdomino-pélvico que favorece la irrigación de los músculos.

No obstante, antes de recomendar un programa en cabina, es importante que la esteticista tenga en cuenta si su clienta está siguiendo un tratamiento hormonal sustitutivo, si está a dieta o si existe algún factor de riesgo que desaconseje seguir esa terapia.

 

Presoterapia para el embarazo y el posparto

Piernas pesadas, retención de líquidos, mala circulación… Son solo algunas de las alteraciones físicas más frecuentes durante el embarazo, y algunas de ellas dejan huella después del parto en forma de varices, estrías, flacidez, celulitis… Son cambios naturales, pero que también pueden combatirse. Y sobre ello ha llamado la atención la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) con motivo de la celebración del Día Mundial de la Estética, que ha aprovechado para lanzar la campaña “Cuídate, cuídales”. Con ella intentan destacar la importancia de cuidar la salud de la mujer en esta etapa para asegurar su bienestar físico y psíquico a corto y largo plazo.

El 95% de las mujeres sufre trastornos circulatorios en algún momento de su embarazo. En el primer trimestre, estos problemas están directamente relacionados con los cambios hormonales, que provocan la relajación de los capilares sanguíneos y los hace más vulnerables. En los últimos meses de la gestación, el crecimiento del feto y el aumento del volumen de sangre en las venas ocasionan cambios de presión en la zona pélvica y abdominal.

Los síntomas más comunes del trastorno circulatorio son la hinchazón de piernas, la aparición de arañas vasculares, pesadez, hormigueo y hasta dolor. Y si esas venas varicosas no se tratan a tiempo, pueden derivar en problemas circulatorios para toda la vida y mayor riesgo de sufrir un accidente vascular en el futuro.

Otro de los trastornos asociados al embarazo es el edema o acumulación de líquidos en los tejidos, también debido al deficiente funcionamiento del sistema de retorno venoso y linfático. Suele manifestarse, sobre todo, en la hinchazón de los tobillos, especialmente a última hora del día, cuando se ha permanecido mucho tiempo de pie o hace mucho calor.

La presoterapia secuencial intermitente se ha convertido en la técnica más eficaz para tratar las molestias asociadas a estas alteraciones circulatorias. Este sistema estimula el drenaje venoso y linfático de las extremidades inferiores mediante un masaje mecánico que favorece la circulación de los líquidos almacenados y la eliminación de edemas.

Ballancer es, sin duda, uno de los sistemas más avanzados para el tratamiento tanto de edemas linfáticos como de dolencias venosas y, por tanto, está especialmente indicado para combatir estas molestias derivadas del embarazo. Para llevar a cabo el tratamiento se coloca a la paciente un pantalón de 24 celdas dejando libre la zona del abdomen. La compresión y descompresión secuencial de cada una de las celdas estimula el retorno venoso y linfático. Importante recordar que su utilización no está recomendada en los tres primeros meses de embarazo.

Después del parto, también es una terapia altamente recomendable, ya que el drenaje ayuda a combatir las secuelas de esos nueve meses de sobrecarga: mejora la flacidez, la celulitis, las estrías y, en definitiva, contribuye a devolver a la mujer la silueta que tenía antes.