Las alteraciones fisiológicas que se producen durante la menopausia, debidas a los cambios hormonales, suponen uno de los grandes retos a los que trata de dar respuesta la medicina para mejorar la calidad de vida de las mujeres maduras. En los últimos años se recurre con frecuencia a tratamientos hormonales sustitutivos para evitar los trastornos físicos asociados a esa etapa y tratar las alteraciones más frecuentes, como la pérdida de densidad ósea, que puede provocar numerosos problemas: los más frecuentes, dolores articulares y musculares. Sin embargo, en muchos casos, esos tratamientos producen efectos secundarios, como aumento de peso por retención de líquidos en los intersticios celulares o insuficiencia venosa en las extremidades inferiores.
Afortunadamente, la presoterapia puede solucionar muchos de esos trastornos y mejorar la calidad de las mujeres que están viviendo esa etapa, sobre todo gracias a la acción estimulante que proporcionan los equipos modernos de presoterapia secuencial sobre los sistemas de circulación sanguínea y linfática, con el que uno de los mayores beneficios es la disminución del riesgo de padecer una trombosis venosa.
Además, el estímulo de la circulación profunda y la acción drenante ayuda a la eliminación de toxinas, excedente de líquidos y depósitos de grasa en piernas y abdomen, y facilita la llegada de nutrientes a los huesos, mejorando su calidad y reduciendo así el riesgo de sufrir osteoporosis. También la musculatura abdominal, que suele atrofiarse con la edad, los cambios hormonales y la falta de ejercicio físico, se ve beneficiada con el tratamiento, ya que el aparato de presoterapia realiza un masaje abdomino-pélvico que favorece la irrigación de los músculos.
No obstante, antes de recomendar un programa en cabina, es importante que la esteticista tenga en cuenta si su clienta está siguiendo un tratamiento hormonal sustitutivo, si está a dieta o si existe algún factor de riesgo que desaconseje seguir esa terapia.