Piernas más ligeras en las interminables jornadas navideñas

Más tiempo de lo normal en la cocina, sin un momento para sentarse.    Sobremesas demasiado largas donde el problema es lo contrario: horas sin apenas cambiar de postura. Veladas prolongadas encaramadas a unos tacones. Colas en los comercios, o para entregar la carta a los Reyes Magos… Tampoco ayudan los excesos de estos días, que propician la retención de líquidos y la acumulación de grasa en zonas localizadas. Para las personas que sufren problemas circulatorios, aunque sean mínimos, las Navidades pueden convertirse en una auténtica tortura.

El drenaje linfático, y concretamente la presoterapia, son especialmente recomendables para sobrellevar estas jornadas maratonianas, aliviar las piernas cansadas y, de paso, irse librando de todas las toxinas que en muy pocos días estamos acumulando, sin esperar a que llegue enero y busquemos resultados milagrosos en una sesión.

La presoterapia Ballancer permite adecuarse a las necesidades de cada cliente y ofrecer tratamientos totalmente personalizados (y almacenables en memoria) para tratar desde molestias leves y muy comunes, como pesadez o cansancio, hasta trastornos más importantes, como edemas linfáticos, varices u otras dolencias venosas, ya que mediante la combinación de sus diferentes ciclos (Preterapia, Wave, Slim y Ballancer) se pueden obtener más de veinte protocolos de actuación.

Como siempre, antes de recomendar un tratamiento de presoterapia a un cliente asegúrate de que no padece algún problema grave o severo que lo desaconseje: Trombosis Venosa Profunda, infecciones en la zona a tratar, enfermedad cardiaca severa, llevar marcapasos, ser pacientes oncológicos o personas con alteraciones extremas de presión arterial, ya sea hipo o hipertensión.

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Tarjetas regalo, o cómo ganar nuevos clientes esta Navidad

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Regalar experiencias, bienestar y belleza es una de las tendencias que se han introducido con fuerza en los últimos años entre los hábitos de los consumidores y parece que es una moda que ha llegado para quedarse. De los tradicionales perfumes se pasó a la cosmética, y aún se ha dado un paso más allá en la búsqueda de un regalo original que, además, nos evite deambular entre las aglomeraciones propias de determinadas fechas (léase Navidad, San Valentín, Día del Padre o de la Madre…).

Si aún no has apostado en tu centro de belleza por las tarjetas o cheques regalo (bien para tratamientos cerrados o por un importe determinado canjeable por el que la persona obsequiada se decida), este es el momento. Y no solo por ponérselo fácil a quienes ya son tus clientes, sino porque es una estrategia altamente eficaz para ganar otros nuevos. Lo habitual es que quien pruebe repita la experiencia o continúe con el tratamiento para obtener mejores resultados o prolongar sus efectos durante más tiempo.

¡Pero tampoco te olvides de los que ya son tus clientes fieles! También está de moda autoregalarse, y si se trata de belleza, más aún en estas fechas, en que queremos lucir nuestro mejor aspecto. O dentro de unas semanas, cuando nos entren los sofocos al comprobar las consecuencias de los excesos navideños. ¿Qué mejor que ofrecerles paquetes o bonos con alguna sesión gratis o tratamientos combinados y personalizados (radiofrecuencia, presoterapia, drenaje linfático) para librarse de esos kilos o centímetros que hemos acumulado durante las fiestas?

Y, por supuesto, ten un detalle con el cliente que ha comprado la tarjeta o el cheque regalo. Por ejemplo, una experiencia placentera que no haya probado anteriormente. Una sugerencia: ¿Qué tal una sesión de ozonoterapia? Después del ajetreo y los desórdenes navideños, seguro que el cuerpo lo agradecerá.